lunes, 18 de julio de 2011

Acogiendo el llamado

Un encuentro con lo profundo de nosotros, con lo profundo de la existencia. Despertar los instintos adormecidos y domesticados, despertar los sentidos y volver a sentir. Entrar en contacto con lo primero y lo último, con el origen y el fin. Buscar el primer y el último sentido de mundo. Vivir. Existir. Ser.
Respirar el aliento de los árboles, beber de la sangre de la montaña, enterrar los pies en la tierra húmeda y fértil.
Contemplar la inmensidad del mundo. Volver al todo.

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