jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuándo

Arrojado en el suelo sin poder levantarme, escuchaba las voces que estaban a mi alrededor, “Tranquilo, ya va a pasar”, “Levántate, ya vas a estar mejor”, “En un tiempo ya ni te acordarás de esto”, o esas frases cliché “El tiempo cura todas las heridas”. Pero yo me pregunto ¿Cuánto tiempo más tendré que soportar esta agonía? ¿Cuándo, simplemente, dejara de doler?

Destruyendo el ego

- ¿Y qué onda tú?
- Estoy intentando de destruir mi ego, vivir la vida de otra forma, desde otra óptica, hace un tiempo fui una persona muy egocéntrica y egoísta, y eso me hizo perder lo que más amaba en la vida, lo más importante y valioso que he tenido. Y lo perdí por culpa de ese egoísmo, por un excesivo egocentrismo en el cual me sumí. Así que desde ahí, el dolor que he sufrido, el más horrible que me ha tocado padecer, hizo que rompiera el maleficio que me tenía atrapado mirando la vida a través de un vidrio muy oscuro, el cual teñía todo con mi ego, sin darme cuenta de lo que pasaba alrededor mío, de lo que les pasaba a los que me rodeaban, sin poder contactarme con el ser que me estaba mirando, que estaba intentando comunicarse conmigo.
Así que ese dolor, ese sufrimiento lo he convertido en energía para mirar la vida de otra forma, y no sólo cambiar el vidrio a través del cual miro, sino que vivir la vida de una nueva forma, sin ego. Disolviendo mi antiguo yo, y creándome como ser continuamente en base a mi entorno, a lo que me rodea, constituyéndome a través de los seres que están a mí lado en todo momento. Construyéndome constantemente a través del sentir que está alrededor mío, conectarme a los seres que están alrededor mío y desde ahí renacer constantemente como sujeto.
Esa es la forma en la que estoy tratando de vivir ahora, no es fácil, de hecho es muy difícil y agotador, pero estoy convencido que es la forma en que tengo que vivir la vida. No quiero cometer los mismos errores, no quiero ser ese ser dañino que fui anteriormente, ese ser sin consciencia de lo que pasaba a su alrededor, ese ser que no controla sus propias manos que están ahorcando a quién le entrega su amor y su ser.
Fui asqueroso, lo peor que pudo pisar esta tierra. Esa indiferencia destructiva que provocaba ese egoísmo y ese egocentrismo, no debe existir más. Así que por eso estoy luchando día tras día por destruir mi ego, y que mi yo se transforme en un nosotros en constante mutación. Constituirme de quién se relaciona conmigo.
No sé si lo logré destruir completamente al final, pero es por lo que lucho en este momento de mi vida.
Es lo que he aprendido de este dolor horrible que he vivido en este último tiempo. ¿Me entiendes?
- Más o menos.

jueves, 17 de octubre de 2013

Condenado

Prisionero de una mente enferma,
haga lo que haga no me puedo librar de ella.
Condenado desde que nací,
no tengo más opción que vivir así.

Incomprensión es todo lo que tengo.
Ya nada ni nadie me puede ayudar en este momento.
Solo, en un mundo sobrepoblado,
pero vacío; nadie hay a mi lado.

Una soledad arrastrada por tantos años,
siempre he añorado una sonrisa y un cálido abrazo.
Pero tan sólo he obtenido malas miradas y rechazo.

No aguanto más la agonía de esta vida.
Condenado estoy desde su comienzo.

Sólo me queda darle fin, como única salida.

jueves, 17 de enero de 2013

La televisión en Ernesto Sabato

"Es apremiante reconocer los espacios de encuentro que nos quiten de ser una multitud masificada mirando aisladamente la televisión. Lo paradójico es que a través de esa pantalla parecemos estar conectados con el mundo entero, cuando en verdad nos arranca la posibilidad de convivir humanamente, y lo que es tan grave como esto nos predispone a la abulia. Irónicamente he dicho en muchas entrevistas que 'la televisión es el opio del pueblo', modificando la famosa frase de Marx. Pero lo creo, uno va quedando aletargado delante de la pantalla, y aunque no encuentre nada de lo que busca lo mismo se queda ahí, incapaz de levantarse y hacer algo bueno. Nos quita las ganas de trabajar en una artesanía, leer un libro, arreglar algo de la casa mientras se escucha música o se matea. O ir al bar con algún amigo, o conversar con los suyos. Es un tedio, un aburrimiento al que nos acostumbramos como 'a falta de algo mejor'. El estar monótonamente sentado frente a la televisión anestesia la sensibilidad, hace lerda la mente, perjudica el alma.
Al ser humano se le están cerrando los sentidos, cada vez requiere más intensidad, como los sordos. No vemos lo que no tiene la iluminación de la pantalla, ni oímos lo que no llega a nosotros cargado de decibeles, ni olemos perfumes. Ya ni las flores los tienen."

La resistencia, Ernesto Sabato.