jueves, 29 de octubre de 2009

Llevame contigo

Estoy aquí esperando. Te siento venir poco a poco.
Sólo te pido que me lleves contigo. Llevame lejos, ¡tan lejos como sea posible!
Enseñame esos lugares escondidos e inexplorados, descubramos esos parajes a los que solo podemos ir tú y yo.
Llevame, llevame contigo.
Enseñame a vivir la vida de otro modo, a tener experiencias desconocidas, experiencias que sólo surgen de nuestra unión. Llevame a un universo paralelo, donde no haya sentido ni razón, tan sólo sensación. Sensación de vida, sensación de amor. Sensación de muerte y de dolor. ¡Hazme sentir vivo! Vivo como nunca antes, vivo como si no fuera yo, como si fuera yo y no-yo, ¡ese yo del universo paralelo!

Llevame contigo, para vivir una aventura que estremezca todo mi ser, desde mis entrañas a toda mi piel. Déjame sentirme vivo, vivo como sólo contigo puedo ser.

Pero te pido también, que me traigas de vuelta. Aquí mismo donde me encuentras, para poder tomar esas experiencias y vivencias y con lo aprendido, con mi ser transformado, evolucionado, vivir mi vida y ser mejor.

domingo, 18 de octubre de 2009

El sentido del amor

El amor es la peor cosa que existe,
nos hace sufrir más que todo en este mundo,
y aun así todos luchamos por conseguirlo.

El amor es la peor cosa que existe,
el dolor es su otra cara de la moneda
y aun así nos ilusiona y nos da esperanza.

El amor es la peor cosa que existe,
cómo nos maltrata y nos castiga,
y aún así es algo que todos anhelamos.

El amor es la peor cosa que existe,
te atormenta todo el tiempo,
y aún así para muchos es el sentido de nuestro paso por la tierra.

Qué es el amor, sino la vida misma.

jueves, 8 de octubre de 2009

Dulces sueños

Observo atentamente el acompasado respirar tuyo, tan frágil, tan delicado, tan pequeño, tan hermoso.
Tus movimientos casi imperceptibles son como una danza que me transmite tranquilidad, pureza, inocencia, paz.
Trato de adivinar qué estarás soñando, qué pasará dentro de esa cabecita. Quisiera adentrarme en ese mundo lleno de felicidad e inocencia. En ese mundo que aún no conoce maldad, rencor, dolor, sufrimiento, en ese mundo lleno de amor y paz.
Escucho una canción de cuna que proviene de ninguna parte, la conexión que tenemos puede crear estas cosas, música, sensaciones indescriptibles, únicas y totalmente vivas, que alimentan y nutren nuestro ser.
Sigue soñando, sé feliz, disfruta esas aventuras, vive al máximo cada sensación. Sueña hijo mío, vives tus sueños, ellos también son reales, también son tu realidad. Duerme hijo, mañana será otro día.

martes, 6 de octubre de 2009

La injusticia del tiempo

Caíste del cielo sumido en una impenetrable oscuridad, tu ser se antepuso ante mis ojos cansados y distraídos. A la mayoría de los de mi especie, un ser como tú no habría despertado ni la mínima atención, pero peculiarmente, en mí produjiste una extraña curiosidad.

Te observé durante algunos momentos, estabas quieto bajo la luz de mi lámpara de mesa. Había visto muchos como tú, pero algo especial me producías. No te movías, no hacías nada, se podría decir que eras aburrido, monótono, uno más de tantos, pero aún así no podía apartar la mirada de tu ser.

Seguí contemplándote solamente, admirándote quizás, observando detenidamente tu extraña forma, tus rasgos comunes pero a la vez tan complejos y perfectos. Tu color dorado brillaba bajo la luz, te hacía lucir hermoso. La belleza de la vida se traducía en un ser tan pequeño y delicado, tan humilde e invisible en cualquier día cotidiano. Te transformaste en mi vida, en mi instante, en mi pensamiento y en mi realidad, nada más existía, sólo tú y yo.

Tu excesiva quietud, tu inmovilidad no la pude soportar, necesitaba ver tu belleza en un nivel más allá, necesitaba verte actuar. Quería admirar ahora, tus movimientos, tu vuelo, tu danza.

Sabía que era arriesgado, pero tenía que hacerlo, necesitaba hacerlo, necesitaba admirarte en todo tu esplendor. Esta sensación fue superior, porque sabía que te podía perder para siempre o para mi felicidad, admirarte como yo quería. Escaparías de mí o dejarías que te siga contemplando. Sin pensarlo más, estiré mi mano y te toqué.

Miedo sentí antes y durante te tocaba, pero mi miedo era sin sentido, no tenías motivos para escapar, estábamos conectados desde mucho antes, cada uno existía solamente para el otro. Aleje mi mano rápidamente luego de sentir tu cuerpo y pude observar tus movimientos, pero terminé desconcertado, no era lo que esperaba.

Esperaba movimientos hermosos, armoniosos, una danza como nunca se había visto, pero sólo obtuve brusquedad, desesperación, terror. Luego, la quietud nuevamente. Te toqué una vez más, esperando esta vez no salir decepcionado, esperando belleza, armonía, felicidad. Dolor, sufrimiento, miedo y desesperanza encontré, no lo entendía.

Me acerqué lo más que pude, te miré fijamente bajo la luz de la lámpara y al ver tu rostro lo comprendí todo. La sorpresa y el dolor se unieron para cubrir todo mi ser. Nuestras vidas se cruzaron, pero no para compartir la felicidad y la belleza de la vida. La tristeza fue compartida y discutí con el tiempo por tan injusta decisión. Hubiera querido conocerte antes amigo, poder disfrutar de tu compañía y belleza mucho más, conocer tus vivencias y aprender de ellas y de ti. Mantener largas conversaciones a la luz de la luna o de una simple lámpara de mesa.

Ahora amigo, estoy aquí a tu lado, viendo como tu tiempo se agota, como tu vida se escapa poco a poco. Lamento las circunstancias, hubiera querido otro final, pero te prometo que tu recuerdo vivirá siempre en mí, estarás vivo en mí. Tu tiempo terrenal se acaba, pero tu vida se prolonga conmigo. Trascenderás, vencerás a la muerte.

Mi querido amigo, sé fuerte, yo te estoy acompañando, el tiempo ya se acaba.