miércoles, 29 de septiembre de 2010

Suerte que tengo suerte

¿Existe la suerte? Y si existe... puta que es extraña... Me saqué un 67 en una prueba estudiando una hora y sin siquiera leer todas las diapositivas... pero viajando al sur casi morimos en un casi accidente múltiple, y a la vuelta... me enfermé del hígado la noche anterior, vomitando all night long, por lo que dormí en total a lo más dos horas... al otro día con escalofríos y deshidratado, antes de partir del sur se nos acaba la batería, a la mitad del viaje el auto tiene una fuga de bencina que casi nos hace quedar parados en la mitad del viaje, llegamos a Valpo... dejamos a mi primo en su casa, termino de llamar a todos de que llegamos bien y dos cuadras más allá un ebrio nos choca por detrás, tenemos que ir al hospital a la alcoholemia y constatar lesiones, estuvimos como 2 horas esperando (yo con mis hermanos dentro del auto), en consecuencia llegamos a las 3 de la mañana a mi casa, después de haber viajado todo el día, y por equivocación nos habían cortado la luz.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Al tiempo de una despedida II

Una vez más en una situación similar. Ya habíamos pasado por esto tiempo atrás. Imposible de olvidar.

Pero esta vez era distinto, nuestra historia ya había comenzado. Los sentimientos eran los mismos, tristeza, impotencia. Las circunstancias de la vida una vez más nos separaban, te tenías que ir y no podía ser de otra manera. Tal como la vez anterior.

La vez anterior quería creer que te querías quedar junto a mí, pero ahora sabía que te querías quedar; disfrutar los días juntos y hacer todas las cosas que conversamos mirando al cielo un día por la tarde, mientras la brisa marina nos acariciaba. Pero ya había hora de partida, y el tiempo pasaba, minuto a minuto, segundo a segundo.

Podía apreciar tu cara triste e impotente, resignada. Nos teníamos que separar. Abrazos y caricias. Esta vez era distinto. Esta vez eramos algo.

Ya llegaba la hora de la despedida. Pero esta vez ya no existían mis temores, tan sólo la tristeza por no poder tenerte cerca. Esta vez nuestra historia ya había comenzado, y esta vez si hubo un beso de despedida, que confirmaba nuestro amor.

Y también esta vez sólo hubo pasaje de ida, pero ahora yo sabía que ibas a volver, el miedo ha perderte no existía, el amor entre nosotros me afirmaba que regresarías.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El perfume del amor II

El amor puede que sea como un perfume,
puede que poco a poco su efecto vaya disminuyendo,
puede ser que llegue un momento en el que ya no sientas nada,
y creas que todo ha muerto.

Pero a pesar de todo esto,
hay una forma de que pueda seguir viviendo.

Y es que ese olor tiene que reinventarse,
y que cada día parezca como uno nuevo,
así derrotamos al acostumbramiento,
y así cada día, el amor va renaciendo.