jueves, 25 de diciembre de 2008

Navidad de ricos y pobres

La Navidad es una tradición que lleva muchos años arraigada en muchas culturas, especialmente la occidental. Supuestamente en aquel día se vive un momento de amor y paz junto a la familia o los seres queridos, pero lamentablemente a lo largo de los años esta tradición se ha ido transformando debido a otra fuerza imperante en nuestra cultura, el consumismo, impulsado por nuestro sistema capitalista donde los empresarios hacen muchas artimañas para impulsarlo y así aumentar el lucro.

Es por esto que en estos días podemos ver a mucha gente estresada comprando regalos y gastando dinero que no tiene para poder cumplir con las expectativas que el mismo sistema implícitamente va inculcando en nuestra cultura.

Pero en las vísperas de Navidad me ocurrió un hecho muy simple, el cual desencadenó el que estuviera escribiendo estas líneas. Iba en el auto con mi mamá y al parar en la esquina se acercó una anciana muy humilde, se le notaba desde muy lejos que era una persona muy buena, que estaba vendiendo cintas, cinta adhesiva, y adhesivos para poner los nombres de los regalos. Lamentablemente para ella quedaban pocas horas para Noche Buena y le quedaban muchas cosas por vender todavía. Mi mamá le compró stickers y ella luego de haberle pagado nos comentó que recién había tenido platita para poder comprar esas cosas y no sabía si las alcanzaría a vender a tiempo para poder comprar un pedazo de carne para la cena de navidad. Luego el semáforo dio verde y nosotros continuamos nuestro camino, pero el encuentro con la viejita me marcó profundamente y una sensación de pena me invadió y a cada momento que recuerdo la escena la misma sensación aparece. El episodio me hizo reflexionar sobre en que se ha transformado la Navidad a lo largo del tiempo, en que ahora toda la gente se estresa y endeuda por comprar grandes regalos y poder disfrutar de lujos y placeres de todo tipo, y otra gente en una situación totalmente opuesta que trabaja largas horas en la calle, en una edad que no debería en este caso, por comprar un misero pedazo de carne que para uno en una mejor situación no tiene nada del otro mundo. Uno a veces se pone triste o enojado por cosas materiales que no tienen real importancia y otros son felices con tan sólo poder compartir un trozo de carne.

Realidades muy distintas y que el sistema trata de mantener, pero en mi nace un deseo de poder revertir tal situación, lo cual es muy difícil, y si no puedo al menos aliviar los síntomas. Lucharé por ello, por un país más justo y digno para todos.

Feliz Navidad a Todos y espero que tal anciana haya podido comprar y disfrutar un trozo de carne.

No hay comentarios.: