lunes, 27 de diciembre de 2010

Desarrollo

Muchas veces en la vida nos arrepentimos tanto de cosas que hicimos, como que no hicimos. Duele, duele mucho, dan ganas de morir. Pero en ese momento de dolor, de agonía, lo importante es no desfallecer, es no darse por vencido, y por cuan larga y dura haya sido la caída, volver a levantarse. Una vez de pie nuevamente, nuevas fuerzas vendrán a nosotros y podremos mirar al frente, sin miedo, sin vergüenza y sin ataduras. Siempre estarán las cicatrices, pero lo importante es haber curado nuestro corazón y sobretodo perdonarnos, comprendernos y amarnos nuevamente. A partir de allí, podemos volver a caminar y seguir adelante, y ya con la experiencia en nuestro cuerpo, en nuestra carne y nuestra mente. Solo así podremos crecer, desarrollarnos como personas, como ser humano, como energía vital. Seguiremos caminando, avanzando por los caminos tortuosos, pero también alegres, dulces y bellos de la vida y, siempre atento de intentar no volver a caer con la misma piedra, aptos y dispuestos con nuestras nuevas habilidades y herramientas para poder superar el obstáculo que antes nos hirió.

2 comentarios:

Fëanor dijo...

¿Parece un cliché no? Eso de amarnos a nostros mismos para después amar a los demás. Parecen palabras reutilizadas y ultrareutilizadas por lo vacío del new age o los libros de autoayuda. Sin embargo, es algo totalmente cierto. Ser superior es aquel que logra sobreponerse a su propio pasado y lograr vivir sus sueños sin importar lo que cueste, o los golpes recibidos o las comodidades en abundancia. Vivir de los sueños, un alimento escencial y casi olvidado, casi renegado al pasillo de las cosas que los seres humanos deberían considerar “tontas” o “supersticiosas”. Locura, locura. Eso se me antoja cuando pienso en el verdadero sabio ante la masa andante dominada por el Gran Hermano. El loco, que escapa a los juicios de la moral y la doctrina dominante para satisfacer los deseos de su animal vibrante. ¿Cuántos lo han logrado? Muy pocos a lo largo de la historia. Y casi siempre son humildes, vertientes de poder tan ancestral que seguramente solo podrán expresar sus convicciones en filosofía o en arte (y no del académico solamente, la artesanía y la Tierra se hacen presentes). El dolor siempre estará palpitando aquí, en esta vida de carne y sangre, donde los demonios y los ángeles nos rodean y nos conforman por doquier, pero siento (Creo) que hay un paso más, más allá de la derrota ante la existencia, ese que nos lleve a lo superior, que trasciende y reconoce su propio poder. Pienso que eso se vide palpitar a palpitar, con cada martillazo con que formamos nuestra propia roca.
Y bueno, siempre fieles, fieles a lo que sentimos, ese es mi lema, el único que vale la pena por ahora.
Un abrazo.

inspiration.lee dijo...

Kotho tus mensajes son tan positivos :)